domingo, 22 de octubre de 2017

aguardo


María Luisa Mora Alameda
Poesía del libro “El don de la batalla
Nada que decir

No tengo nada que decir.
Se ha agotado 
el tema de mi vida.
Dejo mi pluma en un mundo diminuto
y sigo
mi andadura gris hacia lo alto.

Me despido de todos.
Asciendo por las ramas de los árboles
y abandono esta tierra.
Olvido en un barranco 
la carne que me queda
y quedo,
dulce, tranquila,
aguardando a que llegue el día de mi juicio.
Me despojo
de la contaminación de mis sentidos.
Abandono
mi lengua vernácula en la hoguera
a la que va a parar todo lo inútil.
Y aguardo,
con la imperturbable esperanza
de la roca, a que llegue ese día
en que toda la belleza me fecunde.
*

Salvación
Hubiéramos deseado
una infancia distinta,
una mano más blanca que la luna.
Pero nos ha tocado la cabeza
la irremediable sombra
que azota, con su sed, nuestros anhelos.

Qué pecado hubimos
de cometer. Aún nos duele
el recuerdo de esa vida
en la que nunca
solíamos beber el dulce néctar
de los besos
ni tocaban, los ojos,
los rayos tibios de amor.

Tal vez, por eso, ahora padecemos
este dolor que asciende a nuestra alma
como serpiente cruel.
No todos os salvasteis 
de su huella indolente
pero yo sí que lo he hecho,
a pesar de esta carga
que parece pesada y dolorosa.

Mi Post de hoy Aguardo, pues si aguardo que se me pase el resfriado de caballo que sufro, mi cuerpo debilitado en respiración por una ELA, no aguanta las embestidas de la mucosidad y se pasa al pulmón dejándome ahogado. Sufro mucho. Los ahogos son intensos. El cuerpo se suelta con el esfuerzo, con unos temblores difíciles de aguantar. Temo los resfriados. Temo los atragantamientos. Temo porque son cansinos, dolorosos. Por eso Aguardo que se pase esta tormenta. Mi cuerpo queda cansino de tanto esfuerzo.

Me ha visitado el Dr. De turno en el CAP. Me encontró limpio de pitos. Acababa de toser y con ganas, limpiando las vías respiratoria. Me recetó antibióticos.

Recogí el Periódico y para casa para colgar esta VIVÉNCIA de VIDA.

La poesía me consuela, me distrae de tanto mal. He llenado la papelera de mi estudio de pañuelos mojados.

Josep



1 comentario:

Francisco Espada dijo...

La poesía como refugio de todo aquello que quisiéramos apartar de nosotros y no podemos retirarlo. "Aguardo". La vida es un aguardar los acontecimientos, un vadear el río de la vida y no desesperar. Espero pronto mejores noticias, Josep.

Un fuerte abrazo.